Millares 1965
En Roma o en París,Nueva York, Buenos Aires, Madrid, Calcuta,El Cairo…en tantísimas partes todavía,hay arpilleras rotas,destrozados zapatos adheridos al hueso,muñones, restos duros,basuras calcinadas,hoyas profundas, secosmundos de preteridos oxidados,de coagulada sangre,piel humana raída como lava difunta,rugosidades trágicas, signos que acusan,gritan,aunque no tengan boca,callados alaridos que lastimantanto como el silencio.
¿De dónde estos escombros,estos mancos derrumbes,agujeros en trance de aún ser másagrandados,lentas tiras de tramas desgarradas,cuajados amasijos, polvaredas de tiza,rojos lacre, de dónde?
¿Qué va a saltar de aquí, qué a suceder,qué a reventar de estos violentos espantajos,qué a tumbar esta ciega, andrajosa corambrecuando rompa sus hilos, haga morder desúbitosus abiertas costuras, ilumine sus negros,sus minios y sus calcios de un resplandorrasante,capaz de hacer parir la más nueva hermosura?
Ah, pero mientras tanto,un “No toquéis, peligro de muerte” acechaocultobajo tanta zurcida realidad desflecada.Guardad, guardad la mano,no avancéis ningún dedo los pulidos de uñas.Ratas, no os atreváis por estos albañales.Lívidos de la usura, pálidos de la nada,atrás, atrás, ni un paso por aquí, ni el intentode arriesgar una huella, ni el indicio de un ojo.
Corre un temblor eléctrico capaz de fulminarosy una luz y una luz y una luz subterráneaque está amasando el rostro de tan tristes derribos.
Roma, 1965
Rafael Alberti
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